lunes, 14 de abril de 2014

Lágrimas que muestran un sentimiento imposible de explicar

No han pasado ni 24 horas, y aún me siento en una nube, al igual que millones de kopites. Desde el pitido final hasta estos momentos, cientos de sentimientos han pasado por mi cabeza. Quién iba a decir allá por agosto, cuando dio comienzo a la presente temporada, que faltando tan sólo 360 minutos para el fin de la misma, íbamos a estar en lo más alto de la clasificación, 2 puntos por encima de nuestro más inmediato perseguidor.

Año 2014 en Premier League: 13 victorias, 2 empates.
49 goles a favor, 19 en contra. Demasiado épico.
De los 20 clubes de esta edición de la Premier League, el Liverpool no es ni de lejos el típico en el que confías para levantar el título en mayo. Chelsea y Manchester City por presupuesto y nombre de jugadores, Arsenal porque siempre está ahí, Manchester United porque son los vigentes campeones... Pero un factor jugaba un papel clave: ya no está Ferguson. La retirada del escocés abrió la puerta al resto de equipos punteros para pelear seriamente por el trono que ha ocupado la mayor parte de los últimos 25 años. Eso, incluido a que tanto City como Chelsea "empezaban de cero", con nuevo inquilino en sus banquillos, a excepción de los blues, donde Mourinho regresaba tras 7 años. Tan sólo Arsenal y Liverpool mantenían bloque y sistema, aunque en el caso de los primeros, eso lleva ya casi 9 años sin funcionar, 10 en cuanto a competición liguera nos referimos. En definitiva, esta Premier League estaba más abierta que nunca, y no había un claro favorito. En mi interior pensaba que éste año era el mejor posible para acabar con la sequía de 24 años sin ganar la Liga. Por un lado lo veía demasiado optimista, pero otra parte de mí me decía que todo tenía sentido.

Robbie Fowler mostrando la clase de Man City #respect
Y aquí es donde nos encontramos, en la situación descrita en el primer párrafo de esta entrada. 4 batallas quedan aún, y por el momento hemos batido a un rival directo en un duelo que casi nos deja contra las cuerdas. Manchester City llegó ayer por la tarde a Anfield con la misión de sacar un punto como mínimo, para tener la opción de depender de sí mismo y de intentar no favorecer a Chelsea. Tras un minuto de silencio en memoria de los 96 (homenaje que los fans citizens respetaron honorablemente, ganándose nuestro cariño), no tardó en desequilibrarse la balanza al marcar rápidamente Sterling enfrente de The Kop. Incluso pasados 28 minutos, Skrtel amplió la ventaja, nuevamente, con un enorme cabezazo de córner. Sin embargo, por desgracia, aquello supuso la relajación Red y el crecimiento del City, quienes empataron con dos zarpazos tras el descanso, perdonando algún otro gol. Pero en esos momentos es donde aparecen los héroes inesperados. Suárez y Sturridge no daban muestras de decidir el partido, siendo el primero un objetivo claro de Demichellis y Kompany-a (¡festival del humor!). Y en un error del central belga, Coutinho aprovechó el regalo para batir a Hart con un gol que bien podría valer una Liga. En anteriores entradas de mi blog ya hice referencia a la escasa puntería de Phillipe, aunque el brasileño ha conseguido otorgar al club de puntos clave con una mejora de su precisión, tanto en el partido contra Tottenham como en el de ayer.

Camino de formar un equipo de leyenda
Pero lo mejor aún estaba por venir, y fue justo tras el final del encuentro. Las cámaras de Sky Sports se centraron en la reacción de la persona que más ganas tiene que nadie de conseguir el título de Liga: Steven Gerrard. Nuestro capitán no pudo reprimirse, y mostró a todo el mundo unas lágrimas que simbolizan más que una victoria. Esas lágrimas son el símbolo de 24 años de duros golpes y humillaciones. Son símbolo de un cambio tanto en nuestra historia como en la del fútbol inglés y europeo. Son el mayor símbolo de lo que significa ser el LÍDER cuando tan sólo quedan 360 minutos para el final de la competición. A pesar de las lágrimas y de todos los sentimientos que afloraban en su interior, nuestro eterno capitán reunió a las tropas, como si de un general se tratara, para recordar lo que era necesario recordar: que el partido contra City ya era historia, y que el de Norwich es igual o incluso más importante dada la situación. Todo ello sin dejar de tocar el corazón de sus compañeros y frenando la euforia, con una tranquilidad pasmosa. Hemos llegado más lejos de lo que nadie podía esperar, y no podemos fallar ahora que estamos tan cerca de la gloria. Pocos capitanes a lo largo del mundo frenan unas lágrimas que llevan esperando salir 24 años para mantener la cabeza fría y centrar a los demás. El video que adjunto a continuación es el resumen de muchos años de espera que están cerca de terminar.




"What did you say in that huddle right in the end?"
"None of your business"
#Captain Fantastic

4 partidos restan para el final, y ya puede ganar City sus 2 partidos pendientes, que seguirían estando a un punto detrás de nosotros. A priori puede parecer que Chelsea es nuestro mayor rival, pero no hay mayor rival que nosotros mismos. Sólo nosotros podemos echar ésto a perder. Quedan 4 batallas, y ninguna es fácil. Sólo el último partido contra Newcastle puede ser "ganable", pues los Magpies están en tierra de nadie, sin jugarse absolutamente nada. Pero quizá para entonces no haya nada más que decidir, ya sea porque hemos ganado o hemos perdido la Liga. Y hasta ese partido, los 3 anteriores no van a ser pan comido ni mucho menos. De un viaje a Norwich para enfrentarnos a un club que pelea por no descender, pasamos a recibir a Chelsea. Si ya de por sí este partido puede parecer clave, el hecho de que los Blues viajan a Anfield entre los 2 partidos de semifinal de Champions League puede resultar un factor muy a nuestro favor. Y en penúltimo lugar, nos toca dirigirnos a Londres para jugar contra otro equipo que lucha por la permanencia: Crystal Palace. Por otro lado, la más que posible sanción de 3 encuentros de Henderson debido a su estúpida tarjeta roja de ayer, hacen de dichos partidos tres retos enormes, que somos más que capaces de superar.

¿La Premier League más emocionante de la historia? Voy a ir llamando a la funeraria
Que pase lo que tenga que pasar durante este último mes, que tanto los jugadores como el cuerpo técnico va a recibir el apoyo y la admiración que se merecen, no sólo por parte de la afición del Liverpool, sino del mundo entero. Ya no hay vuelta atrás, y nuestros muchachos han elegido convertirse en un EQUIPO de leyenda. No pueden estar comandados por alguien mejor que nuestro capitán fantástico, Steven Gerrard. Ayer, nuestros chicos eligieron que debemos dejar de soñar, para que empecemos a CREER.

No quiero terminar sin dedicarle mi entrada de hoy a los 96, cuya tragedia cumplirá mañana 25 años. Tanto tiempo después, se empieza a cumplir justicia con ellos.

JUSTICE FOR THE 96!!!

3 comentarios:

  1. Vaya sufrimiento de partido. Qué grande es el Liverpool Football Club. Lloré cuando vi al capitán Steven Gerrard llorar de emoción después de sonar el pitido final tras conseguir el Liverpool tres puntos que bien valen su peso en oro. Su charla motivacional junto con el resto de compañeros al final del partido hizo que se me pusiera el vello de punta. No tengo palabras para expresar tantas emociones en la tarde de hoy. Sin duda que la victoria de ayer va por las 96 víctimas de la tragedia de Hillsborough hace 25 años. El Liverpool huele a campeón, es espectacular lo que está haciendo esta temporada. Parece que por fin vuelve a ser el grande que siempre ha sido. Por cierto, oí contar a Julio Maldonado que Coutinho, Henderson, Jon Flanagan y Raheem Sterling no habían nacido cuando el Liverpool Football Club ganó su último título de Liga. Y Brendan Rodgers tenía 16 años de edad. En fin, el sueño de nuestras vidas puede hacerse realidad en menos de 30 días.

    http://fieldofanfieldroad.blogspot.com.es/2014/04/tragedia-de-hillsborough.html

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  2. "This does not fucking slip off"

    Pero bueno, el objetivo es la cuarta plaza.

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